miércoles, 17 de diciembre de 2014

Alguna vez en un desayuno de algún domingo

Hoy por la mañana, luego de tomar una larga ducha, fui a desayunar. Mi mamá había dejado una torre de panqueques, esos que tanto me gustan. Cuando comencé a servirlos me topé con que no sólo había miel de abeja, que es mi favorita, para echarles, sino también jalea de fresa, o eso parecía ser. Con muchas ganas vertí la jalea sobre los panqueques -se veían tan exquisitos.

Cuando probé el primer bocado, las papilas de mi lengua comenzaron a bailar. ¡Sabía tan bien! Aunque tenía una consistencia extraña. Comencé a registrar el frasco, en busca de alguna señal y dentro de la tapadera en letras negras muy, muy pequeñas citaba: 
"ADVERTENCIA: Producto exportado de Marte".






***

Este es un texto que escribí en un taller de escritura creativa y anoche buscando entre mis papeles lo encontré y me pareció divertido y quise compartirlo con ustedes.

Como sabrán, procuro publicar cada viernes, pero los viernes del 2014, básciamente, se han acabado y tengo muchas cosas que quiero compartirles, entonces quizá publique durante la semana algunas cosas como esta que, lo admito, me hace reír mucho.

3 comentarios:

Vorágine dijo...

¡qué relato más curioso y divertido! la verdad es que no sé qué son panqueques, igual en España se llaman de otra manera, pero me imagino como panecillos pequeños, como bollos.

(saludos)

Mayley_Lizzi dijo...

Linda entrada. Me quedo por aquí, ya te sigo :)

Un abrazo.

Miss Carrousel dijo...

¡Es muy creativo, la verdad!
A mí me ha abierto el apetito.