sábado, 26 de abril de 2014

 "Empiezo a desear un lenguaje parco como el que usan los amantes, palabras rotas, palabras quebradas, como el roce de las pisadas en la acera, palabras de una sílaba como las que usan los niños cuando entran en un cuarto donde su madre está cosiendo y cogen del suelo una hebra de lana blanca, una pluma, o un retal de chintz. Necesito un aullido, un grito."

Virginia Woolf.

viernes, 25 de abril de 2014

Pienso en ti.

16 de abril de 2014.


Últimamente he pensado mucho en ti, y es a causa de la Luna que ahora está entera y más que radiante.
La Luna siempre fue nuestra excusa para hablarnos y saber algo de nuestro paradero.
     Actualmente ya no me hablas ni para informarme del estado de la Luna. Sin embargo, siempre me es inevitable pensar en ti cuando la veo, y no importa en qué fase se encuentre, siempre pienso en ti.
     Cuando veo la oscuridad del cielo, el resplandor de la Luna, el enorme vacío, siempre pienso en ti. Y recuerdo que solíamos hablar de la Luna, cuando el universo nos separa.



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miércoles, 23 de abril de 2014

a S.

a S,
por esa noche en el lobby.

miércoles 19 de marzo de 2014.

No esperaba encontrarte allí esa noche, puesto que jamás te había visto por esos rumbos.
Titubeé un poco al verte allí. No estaba segura de sentarme contigo (no cruzamos palabra más de dos veces), pero, al final, me alegra haberlo hecho. Creo que hasta a ti te sorprendió mi decisión.
     Me hubiese gustado filmar o al menos tomar una captura de ese momento que, indiscutiblemente, fue uno de los mejores.

No sé cómo fue, pero pronto comenzamos a hablar y compartir música. ¡La música, la mejor parte! Cada uno puso diversos géneros, pero en su mayoría, Jazz.
     Fue el momento más increíble, el recuerdo me trae alegría y soy tan feliz, como en ese momento, con tan sólo pensarlo...
     Confieso que jamás imaginé tomarte tanto cariño y tan pronto, pero así fue.

Me hubiese gustado pasar las noches restantes y últimas del campamento en el lobby, contigo, compartiendo más música.
     Ansío revivir esa noche del lobby; quiero que se repita. Fue de esos momentos donde no importa lo que pasa afuera, a tu alrededor o lo que pasó minutos antes. Fue de esos momentos donde nada importó. Éramos dos locos riendo, bailando y disfrutando de la maravilla que es el Jazz.
     En ese momento éramos tú y yo, S.

***

Nos apagaron las luces, nos desconectaron el Wi-fi; nos estaban echando del lobby.
     Como a quien le cuesta trabajo levantarse, te retiraste del asiento y te despediste con un ademán. Dejándome sola en la, ahora, oscura y fría recepción de hotel.


.
"Entonces éramos inmortales. La vida nos parecía tanta... Sentía el sol en la cara y oía el viento y tus palabras, y era lo único".


martes, 22 de abril de 2014

lunes, 21 de abril de 2014

Corazón vacío.

El par de besos que siempre recordaré. El primer amor que me hizo enloquecer.
¿Cómo olvidar aquel día, en donde me enamoré más de tu boca, de tu pelo, de tu forma de ser? ¿Cómo olvidar los bellos momentos que me hiciste vivir? ¿Cómo olvidar lo que aprendí gracias a nuestro amor? Porque sé que tanto como yo, tú me amabas. Pero ahora tengo que olvidarte.

Tú no eres capaz de amarme y yo no soy capaz de olvidarte.
Es algo confuso nuestro amor, pero nadie ha logrado hacerme sentir así como tú lo hiciste. Meses de amor, pasión y la idea de tenerte a mi lado toda la vida.  
Sólo me queda el recuerdo de tu amor. Y a ti el olor de los mismos.

Amémonos pero en silencio y en la distancia. De cualquier modo, tú fuiste la historia más bonita de mi vida.
Hoy recuerdo el silencio de nuestras almas, dos almas calladas por la intensa pasión.
Hoy me queda un recuerdo de tu aroma, tus labios y un corazón roto. Nunca creí enamorarme como lo hice de ti.
Creía que el amor lo podía todo, pero no es así. Contigo ganó el miedo y el qué dirán.

Esta pasión se apaga cada vez que en el olvido quedan los momentos que vivimos intensamente. La ilusión de una vida juntos queda atrás. Pero algo sí es seguro, hoy soy más fuerte y debo seguir adelante. Tú me has hecho fuerte y de corazón duro.
Simplemente quiero que nuestra historia sea una historia que siempre recordemos.
Al fin, siempre te amaré.

Untitled


Escrito por Rodrigo Hernández*.

viernes, 18 de abril de 2014

Relato de aquel concierto.

18 de marzo de 2014.

Recuerdo como esa vez tus dedos rozaron los míos y me provocaste más de mil sensaciones. O con tu sonrisa, tan infantil. 

«Desearía poder llevar tu sonrisa en mi corazón durante los tiempos que mi vida se siente tan inferior»

Tu pícara mirada, que sólo me atrae más. Tu risa juguetona, que me hace olvidar todo. Tu voz nerviosa, que me provoca ternura. Tu mirada, cuando intenta desafiar la mía y al final la mía siempre gana.
Tu curiosidad ante las cosas que te obliga a no conformarte con una simple respuesta. Al final por ella y mi corta paciencia te revelo gran parte de mis secretos.


Tú.

Eres tan callado y no sé nada de ti, cuando tú podrías saber todo de mí. Eres tan misterioso y en realidad temes que conozcan tu verdadero ser. Y revelarte a mí, cuando es lo que más deseo de ti...


Joshua 1:9 | via Tumblr



Eres tan "tú" lo cual es suficiente para que yo sea "yo".

viernes, 11 de abril de 2014

Nos detiene la pantalla.

Odio Facebook
Porque me impide verte a los ojos cuando te digo las cosas y por cobarde tampoco lo he dicho a la cara. ¿O eres tú quien no quiere que le vea en momentos así dado que siempre me niegas esas oportunidades? 
La oportunidad de que veas que mi sentir es sincero. La oportunidad de saber qué sientes o qué no.

《Dicen que los ojos son las ventanas del alma》


Detesto la facilidad que Facebook te da para evadir mis preguntas y dejarlo en "visto". Y no poder reclamar porque dirás que se te ha olvidado responder, que creías haber respondido, y quedar yo como loca histérica. Sé que te importa poco aunque lo niegues cientos de veces. Quisiera verte a los ojos e indagar tu alma. Que veas los míos y lo que halles sea amor.
Odio Facebook porque nos hace perdernos los placeres de la vida. 

art | via Tumblr



Como tu sonrisa, por ejemplo. 
Si alguna vez has sonreído a la blanca pantalla con mi nombre.

viernes, 4 de abril de 2014

Respiro.

Sentada a su lado, bueno, no realmente. Sentada al lado de su cuerpo enterrado 4 metros bajo tierra. Cuánto le extrañaba. Siempre recordaba esos momentos de felicidad junto a él: la primera vez que se vieron; cuando quedaron en salir algún día, después de haber entablado una conversación estable por primera vez, o el otro día cuando él enfermó. En realidad era sólo un pequeño resfriado. Él fingió todo ese tiempo estar muy enfermo sólo para recibir de sus cuidados. Olivia nunca le creyó, pero era divertido seguir su juego.
        Lloraba en silencio contemplando la grisácea y fría lápida.


Avi Glickmann
Septiembre 16, 1967 – Octubre 7, 2001



Ese recuerdo permanecía fresco e intacto en su memoria. Aún lo recordaba todo sin problema. Verlo postrado en una cama de hospital, haciendo chistes sobre su enfermedad.
        —No, nunca fueron divertidos —le confesó al viento que meció el césped lentamente. Y era cierto, un tumor cerebral nunca le pareció divertido. Sin embargo, quería verlo feliz, aunque implicara reírse de sus tontas bromas.
        —Vuelve... Vuelve y ya no te vayas; ya no me dejes… — ¿a quién se supone le hacía esos reclamos? Qué irónico, él ahora habitaba en la morada de la que ya no podemos regresar, a la que muchos desean ir, y otros temen.
        Más que nada recordaba sus últimos días. Se veía tan débil, estaba tan débil, pero a pesar de eso, las bromas siempre estaban presentes.
        Lo que él más añoraba era salir pronto del apestoso hospital con enfermeras mal educadas, y festejar con ella; con su amada. Festejar todo el día que ya estaba sano, que una mañana, por «arte de magia» el cáncer había desaparecido. ¡Oh, cuánto él deseaba eso! Regresar a su vida anterior, y hacer feliz a su esposa…
        Lamentablemente, ese día jamás llegó, o al menos, no aquí. Nunca se le vio a esa nueva oportunidad de vida tocar su puerta.

       A Olivia le alegró un poco saber que él ya no sufría, que el dolor se había apartado de su cuerpo por fin, pero más le alegraba que él no pudiera verla en ese doloroso estado.
        Lo sollozos acabaron. El viento, dulcemente secó sus lágrimas. Se sintió tan real, de tal manera que por poco se creía la descabellada idea de que podría ser Avi quien la consolaba y acariciaba…
        Ya nada podía hacer. Evidentemente no había vuelta atrás, esa no era una opción. Lo que ahora le quedaba era esperar el momento donde ella partiría al lugar prometido, y se reunirían de nuevo. Pero mientras llegaba, tenía una misión por cumplir: vivir su vida. Vivir como a él le hubiera gustado. Lo tendría siempre presente en el pensamiento, sería casi imposible deshacerse de él en ese sentido, pero tenía que superarlo en cierta forma, para poder seguir.

        —Hasta pronto, cariño — otra vez hablaba con ese pedazo de piedra, pero esta vez con una sonrisa y con la promesa de volver cada semana. 
No, no es una despedida, es un «Nos veremos pronto».



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