Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.
Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto.
Duración del llanto, tres minutos.
(Julio Cortázar)
***
Hola, hola, de nuevo. Qué bueno saludarlos otra vez. Este texto lo encontré en mi libro de Idioma Español, me gustó mucho y quise compartírselos.
Ah, qué alegre.
Por cierto, ayer nos dieron notas. Todo bien gracias a Dios.
La verdad no me preocupan mucho porque son sólo números adheridos a un pedazo de papel que muy pronto se perderá y quedará en el olvido. No es que me den igual, sólo trato de no fastidiarmos tanto con eso que tengo que sacar sólo cienes o cosas así.
Esos días siempre los aprovecho para descansar mucho.
Siempre es lindo escribir aquí (de hecho, ahorita estoy sonriendo e.e).
Donde vivo ya son las 20:30 así que, dulces sueños.