Tu sonrisa alegra mis días y tu mirada, mi corazón. Al compás de tu risa van mis pulmones, y mis oídos se regocijan al escuchar tu corazón. Ver tu cuerpo moverse al respirar, paz me da, porque sé que estás viva, y mientras así sea, yo también.
Desde hace dieciséis años eres el motivo de mi felicidad y mis tristezas.
Querida, no sabes cuánto quisiera poder levantarme de esta cama y acariciarte, no hallo la hora para volver a abrazarte y besarte como nunca; decirte cuánto te amo. Cada mañana, al verte entrar y ver tu carita me hace creer que pronto dejaré de ser prisionero de mi propio cuerpo. Pronto estaremos juntos de nuevo.
***
Me complace compartir este texto con ustedes. Con él he ganado el concurso de microrrelatos de Letra Negra. Agradezco a Letra Negra por esta oportunidad.
1 comentario:
antes que nada, enhorabuena por ser la ganadora :)
me ha parecido algo triste el texto, me ha llenado de impotencia, por ese sentir prisionero, pero aún así seguir adelante por alguien, eso es bonito.
p.d. leí tu e-mail, te responderé en cuanto tenga algo que decir.
(saludos)
Publicar un comentario