Quiero
que esto quede en mí, quiero guardarlo en lo más profundo de mi corazón, en la
pureza de mi alma. Y muchas veces
me da miedo decir muy alto lo que siento, y no porque me dé vergüenza, sino que
me da miedo que al momento de decirlo, ya no se escuche tan real, y termine
siendo palabras vacías.
Y sé que ni te imaginas cuántas ganas
tengo de tomarte la mano y jugar con tus dedos, acariciar tu frente, hablarte
al rostro, sentirte cerca. Tengo ganas de besarte y sé que es malo maldecir,
pero: Joder, cuántas ganas las que te tengo.
Qué irónico que unos labios que nunca han besado ni sido besados tengan tantas ganas de besar(te).
No hay comentarios:
Publicar un comentario