Olvídalo todo y aprecia la Luna.
Bandida que me seduces hasta en el interior de mi casa. En lo profundo de mi cuarto. Te cuelas por el tragaluz.
Preciosa
Mágica
Te extrañé, bella. Apago las luces y escribo bajo tu reflejo, para apreciarte mejor. Guardiana de la noche, no te tardes; él llamará cuando tú decidas.
En mis tristezas me ahogaba, y tú, musa, te las llevas todas y me dejas aquí admirándote. Olvido todo y te dedico mis suspiros, letras, sueños...
Centinela de mi descanso, conoces mis secretos y más sinceros suspiros. Sabes a quién escribo en vela, dueño de mis letras.
No te demores, preciosa. Añoramos admirar el reflejo de tu luz.
No te tardes bella, cuando tú decidas, él llamará.
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