domingo, 19 de enero de 2014

Consternación

   No te niego que ese día me tomaste por sorpresa al soltar ese «me gustas» tan de pronto.
   No te diré que lo esperaba, que lo sabía o que tan si quiera lo sospechaba.
   Recuerdo que ese día me llamaste por teléfono. Al principio ninguno hablaba, sólo nos acompañábamos con nuestro silencio. Y en un abrir y cerrar de ojos soltaste la lengua. No parabas de hablar.
   Preguntaste qué me había parecido aquel libro de cuentos rusos que me prestaste hace meses, apenada sólo dije que no son mi tipo, pero la verdad es que no los leí no son mi tipo.
   Y comenzaste a hablar de los rusos, su literatura y demás. Tema sobre el cual me declaro una completa ignorante.
   Habla(ba)s sobre ellos con tal pasión. Y me explicabas todo lo que sabes de ellos y porqué les admiras tanto.
   Junto con los rusos hablaste de los franceses, de los cuales entendí, no mucho te gustan en lo que se refiere a la literatura pero que aún así les darías una oportunidad.
   También mencionaste a Cortázar y de lo loco que está. Que te impresiona y que te encantan sus libros. Hasta donde sé, es tu escritor favorito.
   Y discutimos sobre Tolkien, con quien no quieres involucrarte tanto. Y Rowling, mi favorita.
   Y así es como pasamos esos minutos hasta que soltaste lo otro. No sabía cómo responder ante eso. Lo siento. Lo siento si mi respuesta no fue lo que esperabas.
   Nos hemos limitado a enviarnos de vez en cuando mensajes de texto y en todos hablamos sobre la Luna y su belleza, la luz que refleja y que nuestra favorita es esa que siempre está redonda y más brillante, pero aún así las elogiamos a todas.
   Gracias a ti no puedo leer una frase de Cortázar sin recordarte. O ver al cielo oscuro sin pensar en ti, haya Luna o no.
   Al final no quisiste hablar más, estabas realmente apenado.
   Lamento que terminara así.

n | via Tumblr


1 comentario:

Qtta dijo...

A veces nos acercamos hasta el distanciamiento!

Nos estamos leyendo!

QTTA