domingo, 28 de julio de 2013

La roca viva

Gracias, Amor, por esta dulce herida
Y la blandura de mi sufrimiento.
Por la risa y el gozo y el lamento,
En tanta plenitud desconocida.

Bendito siempre, Amor, porque te siento
Crecer en la ternura compartida
Y por las aguas de tu mar sediento
Que arrasa las orillas de mi vida.

Hoy sé que los rigores de tu fuego
Consumió en llamaradas mi sosiego
Y mi paz se hizo llanto y quemadura,

Ahora voy como barco a la deriva.
Es los escollos de tu roca viva
Rompió mi corazón su arboladura.

Margarita Carrera, escritora guatemalteca.

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